Alertó que «una sociedad que no sabe cuidar de los niños y de los grupos más vulnerables corre serios riesgos de implosión y muerte».

La Iglesia católica alertó, ante el fallecimiento de chicos wichís por desnutrición, que «una sociedad que no sabe cuidar de los niños y de los grupos más vulnerables corre serios riesgos de implosión y muerte» y aseveró que «no es posible morirse de hambre en la tierra bendita del pan».

El pronunciamiento provino de la Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen, en un mensaje firmado por los obispos de Orán (Salta), Luis Scozzina; de Bariloche, Juan José Chaparro, y de Reconquista (Santa Fe), Ángel José Macin.

«A la luz de la Exhortación apostólica ‘Querida Amazonía’, queremos invitarlos a mirar la realidad angustiante que viven los pueblos y comunidades originarias y también criollas de la región de nuestro Chaco Argentino, por la desnutrición y muerte de los niños, la falta de agua potable y otros flagelos», dijeron los prelados en el documento distribuido este jueves.

Mensaje de la Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen sobre la desnutrición y muerte de niños indígenas en el norte argentino

View image on Twitter

Añadieron que «no podemos dar respuestas inmediatas a las urgencias sociales y sanitarias que viven muchas comunidades, pero sí asumir una actitud misericordiosa que nos libere de la indiferencia y del sensacionalismo mediático y nos haga solidarios con sufrimiento de los más olvidados«.

Los dignatarios eclesiásticos recordaron las palabras del papa Francisco sobre la Amazonía: «La disparidad de poder es enorme, los débiles no tienen recursos para defenderse, mientras el ganador sigue llevándose todo (…), poderes locales, con la excusa del desarrollo, participaron de alianzas con el objetivo de arrasar la selva de manera impune y sin límites».

En ese contexto, los obispos advirtieron en su mensaje que «una sociedad que no sabe cuidar de los niños y de los grupos más vulnerables corre serios riesgos de implosión y muerte. No podemos hipotecar nuestro futuro ni dejar que nos roben la esperanza, ya que no es posible ‘morirse de hambre en la tierra bendita del pan'».

«Es necesario escuchar el clamor de las comunidades originarias, que nos interpela como Iglesia y como sociedad, comprometiéndonos a dialogar y articular, desde ENDEPA (Equipo Nacional de Pastoral Aborigen), con las organizaciones de la sociedad civil que acompañan diversos emprendimientos comunitarios y de asistencia en el territorio, y con los gobiernos locales, provinciales y nacional, acciones concretas y también estructurales, que modifiquen la realidad actual», precisaron.

Fuente: https://www.mdzol.com/