En un comunicado, expresaron que en lugar de responder a los reclamos de los artistas que exigen un subsidio para poder sobrellevar la cuarentena, circuitos culturales en todas las barriadas financiados por el Estado y que se acaben las persecuciones, aprietes y arrestos cuando intentamos ganarnos el pan con nuestro arte, “el gobierno de Gustavo Sáenz, a través de su policía provincial, ha decidido iniciar una suerte de apriete sobre nosotros, al mejor estilo de las patotas sindicales y hasta con los métodos de los grupos de tareas de la última dictadura militar”.

En el mismo sentido, denunciaron que al compañero «Fifi», Francisco Fernández y al compañero «Chango» artistas callejeros, los atacaron y dejaron heridos. Apuntan a personal policial que se movilizaba en una camioneta blanca. A Fifi le dispararon balas de paint ball mientras caminaba hacia su domicilio, precipitando su caída y le generaron diversas heridas. A este hecho grave se le suma que una camioneta de las mismas características atropelló a Changuito, quien sufrió la quebradura de una clavícula por el atentado.

Destacaron que no consideran casuales los hechos, porque son “presa desde hace tiempo de diversas amenazas y aprietes policiales por la realización de nuestro trabajo artístico y que se han incrementado desde que decidimos organizarnos y denunciar este tipo de situaciones graves”.

También denunciaron “los graves aprietes y el rol de la policía como una fuerza de choque y amedrentamientos contra quienes luchan” e hicieron responsables de su integridad física al Gobierno de la Provincia y su policía. También reclamaron el juicio y castigo contra los responsables materiales, intelectuales y políticos y el desmantelamiento del aparato represivo y siguen exigiendo la satisfacción de las nuestras reivindicaciones y la anulación de todas las leyes represivas, en particular del Decreto 255/20, convertido en Ley.

Finalmente, llamaron a todas las organizaciones de DDHH, políticas y sociales y a toda la población a repudiar el accionar policial y a sumarse a la lucha para acabar con los atropellos que surgen del Estado y su «fuerza descompuesta de seguridad».